Después de haber visto más de 200 mini DVs olvidables que había rodado en la última década, me encontré con una secuencia de planos nocturnos que me llamó la atención: Chantal Akerman y Sonia Wieder Atherton salían de una brasserie en la que acabábamos de cenar en París ; era una escena de despedida incógnita. En 2016, PERO ELSEWHERE ES SIEMPRE MEJOR, fue mi pieza de 4 minutos para el Homenaje del Lincoln Center a Chantal Akerman. La idea de hacer algo después de eso no se me había ocurrido hasta que di con este fragmento. Acababa de terminar UNSOUND, un corto mudo encargado por el Film Forum de Nueva York para su vestíbulo. Los requisitos pedían una película muda para no molestar al público en las salas. Como me encanta trabajar con el sonido, me centré en una película sobre el sonido pero sin sonido. O cómo traducir visualmente el sonido en imágenes, en silencio. Tras su muerte, la mayor parte de lo que apareció en las revistas de cine sobre las películas de Akerman analizó su obra en función de sus encuadres, la duración de sus planos, el espacio, el ritmo y el tema siempre presente del Holocausto. Rara vez se hablaba de la importancia del sonido en su obra. Tampoco se habló de su colaboración con Sonia Wieder Atherton, con quien realizó más de 20 películas. Esto me llevó a profundizar en este aspecto de su obra. Y, como Nueva York, París y Moscú eran lugares que los tres teníamos en común, entremezclé algunas de mis imágenes con las suyas.