Presentación
Sentarnos en una butaca de cine y palpar ese silencio único antes de la proyección. Buscar con intuición rostros desconocidos que están sintiendo lo mismo que tú y compartir el éxtasis de un instante hermoso.
De pronto hemos olvidado a mirar con asombro, a escuchar con asombro, a sentir con asombro. Lo hemos olvidado porque el asombro habita al final de caminos compartidos, en refugios al que solo llegaremos juntos, y parece que nos han arrebatado lo colectivo. Pero no es así. Dock of the Bay por fin renace para palpar esos silencios, para bailar esas canciones, para compartir miradas, para reivindicar un cine y una música segura y más necesaria que nunca. Un Dock of the Bay más veraniego, más combativo, el más especial que jamás hemos celebrado. Vamos a conseguir que el corazón os salga por la boca. Bienvenidas y bienvenidos a nuestra decimocuarta edición.