Que un evento que organices crezca es un acto de involuntario. Como crecen las plantas, como crecen los pájaros o nosotros mismos. Se crece y punto. No se puede evitar. Y ha ocurrido así. No nos levantamos un día y propusimos hacer del Dock Of The Bay un festival internacional, cambiar la fórmula de muestra que, por fin, habíamos conseguido consolidar en Donostia. Ha sido algo más silencioso. De hecho creo que la decisión no ha sido ni de Eva ni mía, sino del propio Dock Of The Bay. Creo que los dos hemos ido a merced de él, de lo que él nos ha fue diciendo a cada uno durante los primeros meses del año. Nos abordaba siempre a solas: en la cocina, en el coche o en el ascensor, por ejemplo. “¿No veis que me estoy haciendo mayor?”, “¿Por qué no me hacéis dejáis crecer el año que viene?” o “Como no me hagáis festival, no me celebro”… Y así ha sido.
Así y sobre todo por lo claro que lo tenía Eva. Yo sí que dudé. Pero ella no. Ella lo tenía claro desde que cerramos la edición del año pasado. Iban, el año que viene, esto tiene que ser un festival, tenemos que dar un paso más. Recuerdo la cara que quise poner, de serio, de “estemos tranquilos y ya veremos”, de “para qué vamos a mover algo que funciona”. Pero esta claro que no funcionó porque un día de mayo le dijimos a Dock Of The Bay que sí, que en 2013 sería un festival y en junio no tuvimos más remedio que abrirle una cuenta en Movibeta y lanzar la convocatoria.
Así que llevamos cinco meses visionando documentales musicales: por las tardes cuando llueve, por las noches en el salón, en cines de otros festivales o en el ordenador de la oficina. Ya lo tenemos todo casi listo: las películas seleccionadas para la sección oficial y para la de exhibición, los eventos paralelos y alguna sorpresa. Creo que Dock Of The Bay está contento con la propuesta. Nosotros también. Poco a poco, en esta página os iremos desvelando las novedades. Estad atentos.
Iban Lozano